miércoles, 4 de noviembre de 2009

Sexualidad e Identidad

Alumn@s este es el texto que deben llevar resuelto para la semana siguiente en sus cuadernos, el cual irá con nota de proceso. éxito,
un abrazo fraterno,

Lorena Leiva Cabrera

Sexualidad e Identidad

Dentro del mundo contemporáneo, se han producido grandes y muy importantes cambios en la concepción de la sexualidad, en su sentido y también en los modos de vivirla. Los nuevos estilos de vida, y en especial los medios de comunicación, han actuado de manera directa para que el tema de la sexualidad dejara el escondite en el cual lo introdujo la cultura y para sacar a la sexualidad a la luz del día, con principios y valores distintos a los antiguos.Rescatar el valor de la sexualidad ha implicado dotarla de nuevas significaciones y hacer frente a las creencias, juicios y prejuicios, normas y regulaciones de diversa índole. Los cambios en las significaciones se refieren, en primer lugar, a que la sexualidad no se reduce ni se agota en la genitalidad, es decir, en las partes del cuerpo del varón y de la mujer destinadas a la reproducción y a las que se les denomina órganos genitales. El sentido, la dimensión y los destinos de la sexualidad tienen que ver con aspectos personales, sociales y culturales muy específicos, entre los cuales se destacan comunicación interpersonal, el placer y el goce. Estas características hacen que la sexualidad humana sea absolutamente diferente a la de todo otro ser viviente.

Desde esta perspectiva, se entiende por sexualidad ya no una característica de un cuerpo, sino la totalidad del sujeto, ya sea mujer o varón. Ya no es una función que alguien ejerce de vez en cuando, sino aquello que define a todo sujeto en su integridad, tal como lo demuestra el nombre que cada quien posee y que le sirve para identificarse ante los otros de su propia cultura y lengua como mujer o como varón. Esta nueva perspectiva trata de rescatar, en su verdadero sentido y valor, la presencia de cada uno de los sujetos en el mundo, en cada uno de sus actos y en todas sus relaciones. Pretende, al mismo tiempo, reordenar los lugares de los géneros en la sociedad, en especial en favor de la mujer que, por su condición de tal, ha sido colocada en un lugar de sometimiento frente a los varones. Para la identidad no basta el cuerpo

Por qué referirse a la identidad sexual como una de las mayores tareas que compete a cada sujeto? ¿No basta, acaso, lo que el cuerpo de cada uno señala para que alguien sea, sin duda alguna, una mujer o un varón? Es verdad, el cuerpo y sus características conforman los primeros y grandes indicadores destinados a asegurar que nadie sea igual a otro, a que cada sujeto posea una identidad básica e indispensable. Así se entienden los problemas sociales y psíquicos por los que deben atravesar, por ejemplo, los gemelos univitelinos, es decir, los originados por la partición en dos de un mismo óvulo fecundado, que, por su inmenso parecido, suelen ser confundidos hasta por sus familiares más cercanos. Sin embargo, cuando se habla de identidad sexual, las marcas del cuerpo no son suficientes. En primer lugar, es preciso tomar en cuenta que el ser humano se caracteriza por vivir en constante duda, pues sabe que son imposibles las verdades y certezas absolutas incluso cuando se trata de sí mismo. A cada sujeto corresponde construir su identidad sexual de tal manera que se reduzcan a la mínima expresión toda duda y sospecha. Tarea difícil y compleja que no puede realizarse sino con el concurso activo, perenne y eficaz de muchos otros.

Los travestis constituyen un ejemplo muy claro de que no basta el cuerpo para la identidad sexual; por una parte, niegan su masculinidad al vestirse de mujer, la repudia, pues la considera inadecuada e impropia. No necesariamente quiere el travesti ser mujer, sino que se coloca en un nivel de negación que va más allá de todo lo que compete a su cuerpo de varón. Puesto que no sabe en qué consiste serlo, rechaza la masculinidad. Al mismo tiempo, niega la feminidad, puesto que pretende construirla sobre una estructura masculina negada, tan sólo mediante el valor del vestido, el maquillaje, las poses. De este modo se transforma en una falsa mujer y en un falso varón, al mismo tiempo. El travesti, más que ningún otro ser en el mundo, ignora en qué consiste ser mujer; por lo mismo, padece la más honda de las confusiones en lo que respecta a su identidad. Pero su mayor problema radica en que, desde esa confusión, se propone engañar y confundir a los otros, seducirlos con el único afán de que destruyan sus certezas y las cambien por una grave incertidumbre. Sin embargo, desde esta posición casi perversa, el travesti anuncia a todos que la sexualidad humana es un misterio que no se resuelve únicamente con las marcas de la anatomía en el cuerpo.El logro de identidad sexual exige un complejo proceso que se inicia con el nacimiento y aún antes de él y que se extiende a lo largo de la vida. Como dice Simone de Beauvoir, no se nace ni varón ni mujer; la sexualidad se hace mediante la intervención de muchos otros que aportan con sus deseos, sus fantasías, sus quereres y con su propia identidad sexual.

La identidad sexual es un proceso psíquico, social y cultural que se realiza mediante la intervención de una serie de modelos ofrecidos por la familia, la sociedad y la cultura; la identidad implica ser semejante, parecido a otros: cada varón y cada mujer se construyen de conformidad a otras mujeres y varones que se encuentran en el entorno familiar y social. Sólo al ser humano le corresponde este privilegio que hace que su sexualidad sea única e irreconciliable con cualquiera otra. Por ello, resulta del todo improcedente estudiar la sexualidad humana, en el laboratorio, con animales que obedecen a principios genéticos e instintivos y que jamás requerirán de modelos ni de principios éticos y culturales para dar cuenta de una sexualidad destinada, de manera exclusiva, a la reproducción. El ser humano es un producto de relaciones imagógicas: en la mamá y en el papá, como en una sala de espejos, niños y niñas se miran, producen imágenes, se ven reflejados y luego se identifican. ¿Cómo un niña podría decir yo soy igual a esa imagen, si carece de referentes, si nadie le sirve de espejo? La madre constituye el primer espejo en el cual se mira todo bebé. No importa si es niña o niño, la relación que el hijo establece con su madre es la primera y la más importante no sólo porque le asegura la supervivencia, sino también porque será, en gran medida, el modelo determinante de toda otra relación a lo largo de la vida.

Responda:

1) ¿Cuáles son los cambios referidos al ámbito de la sexualidad al que hemos asistido en los últimos años y qué lo ha provocado? Ejemplifique su respuesta.
2) Explique la frase “Para la identidad sexual no basta el cuerpo”.
3) Reflexione y dé argumentos sobre cuáles son las diferencias entre la sexualidad de los animales y la de los seres humanos.
4) Analice y fundamente ¿por qué es tan relevante la relación de tod@ niñ@ con su madre? >Dé ejemplos concretos.
5) Investigue y escriba al menos 5 citas o frases de personajes célebres respecto de la sexualidad humana, de todas ellas, escoja una que represente su pensar sobre el tema.

martes, 27 de octubre de 2009

Resumen de los dos últimos autores vistos en clases.

Resumen de los dos últimos autores vistos en clases.

Sólo 4º medio C

Sastre: una ética de la libertad y la responsabilidad.

“El existencialismo es un humanismo”

Con esta frase Sartre da cuanta que la existencia del hombres se explica desde si mismo y no desde un agente externo a el ya sea dios o naturaleza del hombre, etc. Por lo que se declara este autor un existencialista de carácter ateo, porque busca explicar al hombre desde su razon y no desde los divino.

Naturaleza humana: al contrario de lo que expone Orellana, en Sartre el hombre NO posee una naturaleza, es decir, el hombre no ha nacido para, sino que ha medida que va desarrollándose se va construyendo así mismo. A medida que es un ser activo va definiendo su carácter y utilidad.

Angustia: como el hombre no posee una naturaleza humana este posee como certeza el que esta vivo y que va ha morir, por lo que no tiene nada de seguridad, de igual forma como sus acciones no dependen de una religión o de alguna ley moral, es total y único responsable de sus actos, provocando en el ser humano esta angustia de sentirse desprotegido y responsables, es decir, ESTA CONDENADO A SER LIBRE, condenado, porque debe sólo él dar cuenta de sus acciones, y libre porque no depende, como se dijo antes, de ninguna entidad para actuar, no hay quien lo controle.

Responsabilidad: el hombre no sólo es responsable de sus propios actos sino también de todos los actos del resto de las personas, porque el ser humano si realiza cierta acción esta se puede volver una tradición. Por ejemplo si una sola persona asume que es importante casarse por la iglesia, como antaño, todo aquel que se quiera unir como pareja lo realizara bajo esta vía, actualmente esta condición a variado y se sigue con mayor sumisión la unión civil. Nadie se cuestiona el porque de ese actuar pero lo realizan y el responsable soy yo porque la acepto y la hago y el otro porque la acepta y la hace y así sucesivamente, como también puedo ser responsable de no seguir esta tradición y seguir la de unión sin documento, lo cual me volvería responsable de la pasividad de este tipo de compromiso y la de disminución de los otros dos, el religioso y el civil.

En Sartre los valores de las acciones van a depender directamente de nuestro actuar, para este autor el hombre no tiende a buscar el mal, sólo que puede errar pero posee la suficiente capacidad racional de poder enmendar este error realizando otra acción que repare lo anterior. Si elijo una acción que sólo trae beneficios debe ser buena y si es buen a para mi debe serlo para los demás. Muy similar a lo planteado por Sócrates, cuando decía que si algo es bueno debe serlo para todos, no es más que la ley de universalidad de la ética.

Kant: ética sobre el deber.

Para kant el hombre si bien posee una visión donde acepta la importancia de los sentimientos y la razon en el hombre, ésta al momento de hablar de ética dice que los sentimientos interfieren negativamente más que positivamente en nuestro actuar o como el lo llama en nuestra razón práctica.

Razón práctica: capacidad de razonar que en cada momento nos dirá si estamos actuando de buen o de mala manera.

Conciencia moral: esta conciencia manda de manara absoluta, es decir no mura posibilidades o condiciones, si te dicen NO mataras, no lo debes hacer en ninguna caso posible, no se cuestiona el modo de hacer excepciones, porque no existe espacio para tal cuestionamiento, se hace porque se debe hacer y no porque se quiere hacer. La conciencia mora opera a modo de imperativo, el imperativo categórico, por lo mismo no conoce de condiciones.

Imperativo categórico: es un mandato. Imperativo, quiere decir que es valido bajo cualquier acción y tiempo posible. Categórico que es ineludible, es decir todos debemos hacerlo, no hay quien sea excluyente. Un ejemplo es cuando se dice que mentir es malo, si mi cuestionamiento es que no debo mentir porque es mi deber hacerlo estoy bajo un imperativo categórico, ahora si yo digo que no debo mentir para así conseguir su confianza, estoy bajo un imperativo hipotético, donde posee posibilidades de acción y el no mentir no se vulva el fin sino el medio para.

Forma lución del imperativo categórico:

“obra sólo si la máxima de tu acción fuera tornarse por tu voluntada en ley universal”

Con esto kant nos esta diciendo que la máxima es el principio que nos lleva actuar por deber y no por inclinaciones amorosos, amistades, económicas, etc.

Y que deseamos que el deber debe (valga la redundancia) que ser universal y no relativa o sujeta a condiciones.

Buena voluntad: es el hacer algo porque es un deber hacer, cuando nuestra buena voluntad entra en conflicto con nuestras inclinaciones esta buena voluntad pasa a ser un deber.

Inclinaciones: cuando hacemos algo para satisfacción propia en vez de ser por deber. Por ejemplo actuar desde los sentimientos y nos desde la razón

Maneras de actuar según kant:

Contrarios al deber: no hacer nada, pudiendo hacerlo. Ejemplo si alguien que no se conoce se esta ahogando y uno sabe nadar, sin embargo no hago nada

Acuerdo al deber pero por inclinación mediata: se hace algo para conseguir algo. por ejemplo si veo que alguien se esta ahogando y reconozco que es alguien que me debe dinero si bien no se nadar lo rescato de igual forma porque si no lo hago pierdo mi dinero.

Acuerdo al deber pero bajo inclinación inmediata: actúo por medio de los sentimientos. Por ejemplo si se esta ahogando alguien a quien quiero lo rescato pues le tengo amor o aprecio.

Actos cumplidos por deber: lo hago porque es mi deber hacerlo. Por ejemplo rescato al que se esta ahogando no por algún fin, sino porque es mi deber hacerlo aunque esa persona sea un extraño para mi.

Según la ética de kant el 2º y 3º acto no son buenos ni malos, sino neutros, si bien se cumple con la idea de salvar a alguien no es por hacer lo éticamente correcto sino para obtener un beneficio, por lo que la persona se vuelve un medio para y no un fin en si mismo. En resumen la ética de kant nos dice que debemos actuar como lo dice la regla de oro, ama a tu prójimo como a ti mismo, y no como un instrumento para tu satisfacción, sino como un fin en si mismo.

Jean Paul Sartre. El Existencialismo es un Humanismo (1946)

ULTIMO TEXTO PARA LA PRUEBA DEL LUNES 2 DE NOVIEMBRE(SÓLO PARA 4º MEDIO C)

Jean Paul Sartre. El Existencialismo es un Humanismo (1946).

Así el primer paso del existencialismo es poner a todo hombre en posesión de lo que es, y asentar sobre él la responsabilidad total de su existencia. Y cuando decimos que el hombre es responsable de si mismo, no queremos decir que el hombre es responsable de su estricta individualidad, sino que es responsable de todos los hombres. Hay dos sentidos de la palabra subjetivismo y nuestros adversarios juegan con los sentidos. Subjetivismo, por una parte, quiere decir elección del sujeto individual por si mismo, y por otra, imposibilidad del hombre de sobrepasar la subjetividad humana. El segundo sentido es el sentido profundo del existencialismo. Cuando decimos que el hombre se elige, entendemos que cada uno de nosotros se elige, pero también queremos decir con esto que al elegirse elige a todos los hombres. En efecto no ya ninguno de nuestros actos que al crear al hombre que queremos ser, no cree al mismo tiempo una imagen del hombre tal como consideramos que debe ser.

Elegir ser esto o aquello, es afirmar al mismo tiempo el valor de lo que elegimos, porque nunca podemos elegir mal; lo que elegimos es siempre el bien, y nada puede ser bueno para nosotros sin serlo para todos. Si, por otra parte, la existencia precede a la esencia y nosotros quisiéramos existir al mismo tiempo que modelamos nuestra imagen, esta imagen es valedera para todos y para nuestra época entera. Así, nuestra responsabilidad es mucho mayor de lo que podríamos suponer, porque compromete a la humanidad entera […]

No es únicamente porque estos seres son flojos, débiles, cobardes o malos porque si, como

Zola, declaráramos que son así por herencia, por la acción del determinismo orgánico o psicológico,

la gente se sentiría segura y diría: bueno, somos así, y nadie puede hacer nada, pero el existencialista, cuando describe a un cobarde es responsable de su cobardía. No lo es porque tenga un corazón, un pulmón o un cerebro cobarde; no lo es debido a una organización fisiológica, sino que lo es porque se ha construido como hombre cobarde por sus actos. No hay temperamento cobarde; hay temperamentos nerviosos, hay sangre floja, como dicen, o temperamentos ricos; pero el hombre que tiene una sangre floja no por eso es cobarde, porque lo que hace la cobardía es el acto de renunciar o de ceder; un temperamento no es un acto; el cobarde está definido a partir del acto que realiza. Lo que la gente siente oscuramente y le causa horror es que el cobarde que nosotros presentamos es culpable de ser cobarde. Lo que la gente quiere es que nazca cobarde o héroe. Uno de los reproches que se hace a menudo a Caminos de la libertad se formula así: pero en fin, de esta gente que es tan floja, ¿cómo hará usted héroes? Esta objeción hace más bien reír, porque supone que uno nace héroe. Y en el fondo es esto lo que la gente quiere pensar: si se nace cobarde se está perfectamente tranquilo, no hay nada que hacer, se será cobarde toda la vida, hágase lo que se haga; si se nace héroe, también se estará perfectamente tranquilo, se será héroe toda la vida, se beberá como héroe, se comerá como héroe. Lo que dice el existencialismo es que el cobarde se hace cobarde, el héroe se hace héroe; hay siempre para el cobarde una posibilidad de no ser más cobarde y para el héroe la de dejar de ser héroe. Lo que importa es el compromiso total.

Jean Paul Sartre. El existencialismo es un humanismo (Sur, Buenos Aires, 1975).

ACTIVIDAD:

1.-¿EN QUÉ CONSISTE EL EXISTENCIALISMO EN SARTRE?

2.-¿QUÉ ROL JUEGA LA LIBERTAD Y LA RESPONSABILIDAD EN EL EXISTENCIALISMO?

3.-¿CUÁL ES LA ETICA QUE SARTRE NOS PROPONE?

4.-COMPARE LA ETICA DE SARTRE CON LA ARISTOTLICA Y LA PLATONICA

5.-¿QUÉ NOS QUIERE DECIR EL AUTOR CUANDO DICE QUE NUESTROS ACTOS AFECTAN AL RESTO DE LAS PERSONAS?

miércoles, 21 de octubre de 2009

Los Poetas Malditos. (Germán Lacanna)

4° medio A y 4° medio B:
este es el texto que deben exponer las personas que ya fueron designadas, para la semana que viene. No olviden que los expositores con nota directa al libro, deben llevar material de apoyo. El resto del curso, trabaja este texto en su cuaderno.
Atte,
Lorena Leiva Cabrera

La expresión tan repandida “poetas malditos” tiene su origen en un libro de Paul Verlaine llamado “Les poetes maudits”, publicado en 1888. El escritor francés escribe ese texto como una suerte de homenaje a su amigo poeta y amante Arthur Rimbaud y en él evoca y elogia a toda una serie de poetas contemporáneos como Tristan Corbiere o Stéphane Mallarmé, realizando una verdadera galería de la poesía francesa de fin de siglo. De más está decir que el libro de Verlaine le sirvió a muchos de esos poetas hasta ahora desconocidos a afirmarse en el terreno literario galo.
El uso de la expresión “poetas malditos”, ante la influencia de la obra de Verlaine, se extendió a todos los dominios nacionales y pasó a designar así a todo aquel escritor talentoso, poco importase su nacionalidad, que presentase un dejo de incomprensión social y una cierta tendencia provocante (léase autodestructiva por el consumo de drogas o alcohol) y cuyos textos, dado su alto nivel de codificación poética, fuesen de oscuros significados.
Podríamos agregar, casi como una extraña coincidencia, que la mayoría de estos poetas padecieron una muerte abrupta y prematura, antes de que su herencia literaria fuese ampliamente reconocida: Arthur Rimbaud, ya es bien sabido, escribió todo lo que tenía que escribir hasta la edad de 21 años para luego partir a Africa y morir a los 37 años;Tristan Corbière muere en 1875 a la temprana edad de 29 años, luego de una vida de soledad y enfermad; Baudelaire muere a los 46 años luego de ser perseguido durante 10 años por “ofensa a la moral religiosa y a las buenas costumbres” luego de la publicación de su obra maestra “Las flores del mal“; Edgan Allan Poe fallece a los 40 años bajo circunstancias oscuras -aparentemente lo habrían emborrachado y drogado. Y la lista podría seguir extendiéndose.
El adjetivo maldito tendría entonces que ver con una temprana actitud de oposición frente a la sociedad, una vida complicada y una difícil interpretación poética. A partir de esto podemos decir que la noción de “poeta maldito” se focaliza en el concepto de incomprensión: incomprensión social e incomprensión literaria.
La idea de incomprensión lleva consigo toda la estética del movimiento romántico de principios del siglo XIX que veía en la personalidad del artista a un genio incomprendido. Según Baudelaire, el genio (cuando digo genio lo utilizo en su concepción romántica, es decir como sinónimo de artista) es un reloj que adelanta.
La hora del artista va delante de la hora del resto de los mortales. Esta definición implica que el genio está siempre adelantado a su época y que, a causa de ese adelantamiento, no puede ser entendido. Pero “entendido” en el sentido más amplio del vocablo francés “entendu“: comprendido y oído.

El poeta maldito no puede ser ni comprendido (tomado según su acepción intelectual) ni escuchado (sinónimo de “interesarse por” o “prestar atención). Esta incomprensión total es la base de la superioridad del artista (su reloj adelanta). Pero al mismo tiempo, e irónicamente, esta incomprensión de la genialidad del artista es lo que justificó (sigue justificando dirán algunos) todo el trabajo del crítico literario. Esto significa lo siguiente: como el artista adelanta y como ese adelantamiento vuelve difícil su comprensión pública, el rol del crítico sería el de intentar acercar la obra del genio al simple lector mediante la interpretación acertada de la potencia estética de la obra del escritor maldito. El trabajo del crítico consistiría en develar, descubrir, la significación oculta en los oscuros e incomprendidos versos del poeta. Su labor sería entonces la de un relojero que busca poner en hora al reloj del público.
Ahora bien, al principio de este texto afirmé, al pasar, que los poetas malditos se estaban extinguiendo. Antes de que alguno ponga el grito en el cielo explicaré a lo que me refiero: lo que está desapareciendo es la visión del artista como genio cuyo reloj adelanta. Ahora, con la evolución de los sistemas de comunicación y el aumento de la velocidad en la producción-recepción de los mensajes, la hora del público está tendiendo a acercarse a la hora del artista. La producción y la recepción se producen casi simultáneamente y, cada vez más, las esferas cambian de lugar: el receptor se vuelve productor y viceversa. Las producciones literarias interactivas y on line se dirigen hacia una participación activa del lector, que en un abrir y cerrar de ojos se vuelve escritor, proponiendo sus textos y corrigiendo los textos de otros. De esta manera el escritor y el lector comparten ya el mismo tiempo, el mismo horario: el tiempo real.
Texto extraído de: http://www.leergratis.com/literatura/poetas-malditos.html

Responda:

a) ¿cuál es el origen y el significado (características fundamentales) de los poetas llamados “poetas malditos”?
b) Explique la relación entre el genio (artista) y el crítico literario.
c) ¿En qué fundamenta el autor del texto la extinción de los poetas malditos?

sábado, 17 de octubre de 2009

Aristóteles. Ética a Nicómaco (siglo IV AC).


SÓLO PARA 4º MEDIO C
Aristóteles. Ética a Nicómaco (siglo IV AC).

SECCIÓN A

El fin del hombre es la felicidad

Volvamos ahora a nuestra primera afirmación; y puesto que todo conocimiento y toda resolución de nuestro espíritu tienen necesariamente en cuenta un bien de cierta especie, expliquemos cuál es el bien que en nuestra opinión es objeto de la política, y por consiguiente el bien supremo que podemos conseguir en todos los actos de nuestra vida. La palabra que la designa es aceptada por todo el mundo, el vulgo, como las personas ilustradas llaman a este bien supremo felicidad, y, según esta opinión común, vivir bien, obrar bien es sinónimo de ser dichoso. Pero en lo que se dividen las opiniones es sobre la naturaleza y la esencia de la felicidad, y en ese punto el vulgo está muy lejos de estar de acuerdo con los sabios. Unos los colocan en las cosas visibles y que resaltan a los ojos, como el placer, la riqueza, los honores; mientras que otros la colocan en otra parte. Añadid a esto que la opinión de un mismo individuo varía muchas veces sobre este punto; enfermo, cree que es la salud; si es pobre, la riqueza; o bien cuando uno tiene conciencia de su ignorancia, se limita a admirar a los que hablan de la felicidad en términos pomposos, y se trazan de ella una imagen superior a la que aquel se había formado. A veces se ha creído, que por encima de todos estos bienes particulares existe otro bien en sí, que es la causa única de que todas estas cosas secundarias sean igualmente bienes.

Sección B

La felicidad humana en la vida intelectual

Nos queda hablar de la felicidad [...] pues la suponemos como fin de las acciones humanas. Ella hay que suponerla en una cierta actividad [...] La vida feliz parece ser la vida conforme a la virtud; pero esta es una vida de serio esfuerzo y no de diversión. Y llamamos mejores a las cosas serias que a las alegres y divertidas, y más seria la actividad, sea del hombre o sea de la parte que es siempre mejor en él, ahora bien, lo que proviene de lo mejor ya es superior y más apto para producir felicidad.
(Libro X, 6, 1176-7).

Y si la felicidad es actividad conforme a virtud, es racional que sea conforme a la verdad más excelente [...] Ahora bien, si la actividad del intelecto parece sobresalir por seriedad, siendo contemplativa, y no tender hacia ningún fin exterior a sí misma, y tener placer suyo propio que aumenta su actividad, y bastarse a sí misma, y ser estudiosa, infatigable por todo lo que es dado al hombre (y todo lo que se atribuye al bienaventurado parece encontrarse en esta actividad); entonces la perfecta actividad del hombre será ésta, cuando logre la perfecta duración de la vida [...] Pero semejante vida será superior a la humana, pues el hombre no la vivirá como hombre, sino en tanto algo divino se halla presente en él […]
Ahora no es necesario, como algunos predican, que el hombre por ser tal, conciba solamente cosas humanas, y, como mortal, únicamente cosas mortales, sino que en la medida de lo posible se haga inmortal, y haga todo lo posible para lograr de acuerdo a lo que hay de más excelente en él: pues si como masa es una cosa pequeña, por potencia y dignidad supera en mucho a todos. Y antes bien, puede parecer que cada uno consista en esta parte, si ella es dominadora y más sobresaliente en él
[...] En efecto, lo que a cada uno le es propio por naturaleza, es también para cada uno, la mejor y más dulce cosa. Luego para el hombre es tal la vida conforme al intelecto, pues éste es sobre todo, lo que constituye al hombre. Por eso, esta es la vida más feliz.
Libro X. Capítulo 7.

SECCIÓN C

El bien y la virtud

Si es así [...] y cada cosa es conducida a la perfección siguiendo la virtud que le es propia [...] parece que el bien propio del hombre es la actividad espiritual de acuerdo a la virtud; y si las virtudes son más de una, de acuerdo a la óptima y más perfecta [...] A los amantes del bien les placen las cosas que por naturaleza son placenteras. Y tales son las acciones conforme a la virtud [...] Por lo tanto, su vida no necesita del placer como de un adorno, sino que tiene el placer en sí misma. (Libro I, 8, 1098).
Pertenecerá, entonces, el bien buscado al hombre feliz, y él será tal durante toda su vida, porque siempre o sobre todo obrará y pensará de modo conforme a la virtud, y soportará muy bien las vicisitudes de la fortuna, y en todo y por todo como conviene [...] no por insensibilidad, sino por generosidad y grandeza de ánimo. Y si las acciones son las señoras de la vida, como decimos ninguno de los felices puede convertirse en miserable, porque nunca cometerá acciones odiosas y viles.
Libro I. Capítulo 11.
Aristóteles. Ética a Nicómaco (El Ateneo, Buenos Aires, 1957).

ACTIVIDAD:
1.-Lea para cada párrafo identifique la idea principal, finalmente realice un resumen de todo el texto.
2.-Busque las palabras que le son más ajenas o que no conozca y busque su significado.
3.- ¿Cómo entiende Aristóteles la idea de bien, felicidad y virtud?

jueves, 15 de octubre de 2009

Friedrich Wilhelm Nietzsche

4º medio A y 4º medio B:

Este es el tercer y último texto que entra en la prueba y el cual será evaluada con nota directo al libro a dos alumnos, y el resto de los alumnos lo desarrolla en el cuaderno con nota acumulativa, éxito con la lectura.

atte, Lorena Leiva Cabrera





Friedrich Wilhelm Nietzsche (18441900) fue un filósofo, poeta y filólogo alemán, considerado uno de los pensadores modernos más influyentes del siglo XIX.
Realizó una crítica exhaustiva de la cultura, religión y filosofía occidental, mediante la deconstrucción de los conceptos que las integran, basada en el análisis de las actitudes morales (positivas y negativas) hacia la vida. Este trabajo afectó profundamente generaciones posteriores de teólogos, filósofos, psicólogos, poetas, novelistas y dramaturgos.
Meditó sobre las consecuencias del triunfo de una cultura atea, expresada en su observación «Dios ha muerto». Si bien hay quienes sostienen que la característica definitoria de Nietzsche no son tanto las temáticas que trataba, sino el estilo y la sutileza con que lo hacía, (escribía en aforismos muchos de sus pensamientos) fue un autor que introdujo, como ningún otro, una cosmovisión que ha reorganizado el pensamiento del siglo XX.
Nietzsche recibió amplio reconocimiento durante la segunda mitad del siglo XX como una figura significativa en la filosofía moderna. Su influencia fue particularmente notoria en los filósofos existencialistas


CONCPETOS CLAVES:


Nietzsche critica de la moral tradicional su dogmatismo moral y su carácter antivital.


1) El dogmatismo moral. El dogmatismo moral presenta las dos características siguientes: consideración de los valores morales como valores objetivos y universalidad de los valores morales:
crítica a la consideración objetiva de la moral:. Pero la moral tradicional, dice Nietzsche, se equivoca totalmente: los valores morales no tienen una existencia objetiva, no existe un ámbito en el que se encuentren los valores como realidades independientes de las personas, no existen los valores como una de las dimensiones de las cosas, ni como realidades que estén más allá de éstas, en un supuesto mundo objetivo. Los valores los crean las personas, son proyecciones de nuestra subjetividad, de nuestras pasiones, sentimientos e intereses, los inventamos, existen porque nosotros los hemos creado. Sin embargo, es frecuente olvidar este hecho, de ahí que habitualmente los vivamos como objetivos y los sintamos como mandatos, como exigencias que vienen de fuera (de la ley de Dios, de la Naturaleza o de la conciencia moral). El dogmatismo moral consiste precisamente en olvidar que los valores dependen de nosotros, consiste en mantener que tienen una existencia objetiva;
universalidad de los valores: como consecuencia de la creencia en el carácter independiente de los valores, la moral tradicional creyó también que las leyes morales valen para todos los hombres: si algo es bueno es bueno para todos, si algo no se debe hacer no es correcto que lo haga nadie. Nietzsche niega este rasgo del dogmatismo moral: si realmente los valores existiesen en un Mundo Verdadero y Objetivo podríamos pensar en su universidad, pero no existe dicho Mundo, por lo que en realidad los valores se crean, y por ello cambian y son distintos a lo largo del tiempo y en cada cultura.


2) La moral tradicional es antivital: podría parecer que con la descripción anterior Nietzsche está justificando toda apreciación moral, sea cual sea, ya que todas en el fondo valen lo mismo: nada. Pero esto no es así: Nietzsche nos propone: puesto todas las tablas de valores son inventadas, pero hay algunas mejores que otras; el criterio utilizado para esta apreciación es el de la fidelidad a la vida: los valores de la moral tradicional son valores contrarios a la vida, contrarios a la categorías básicas que parecen estar involucradas en la vida. La moral tradicional (la moral cristiana) es “antinatural” pues presenta leyes que van en contra de las tendencias primordiales de la vida, es una moral de resentimiento contra los instintos y el mundo biológico y natural. Esto se ve claramente en la obsesión de la moral occidental por limitar el papel del cuerpo y la sexualidad.
El dogmatismo moral tiene varias implicaciones (para Nietzsche “patológicas”): la idea de pecado y de culpa, y la de la libertad. La idea de pecado es una de las ideas más enfermizas inventadas por la cultura occidental: con ella el sujeto sufre y se aniquila a partir, sin embargo, de algo ficticio; no existe ningún Dios al que tengamos que rendir cuentas por nuestra conducta, sin embargo el cristiano se siente culpable ante los ojos de Dios, se siente observado, cuestionado, valorado por un Dios inexistente, del que incluso espera un castigo. El cristianismo (y todo el moralismo occidental) tiene necesidad de la noción de libertad: para poder hacer culpables a las personas es necesario antes hacerlas responsables de sus acciones. El cristianismo cree en la libertad de las personas para poder castigarlas. “No puede negarse que el error más grave, más pertinaz y peligroso, que jamás fue cometido, ha sido un error dogmático, es decir, la invención de un espíritu puro y del bien en sí de parte de Platón” (“Más allá del bien y del mal”).


Los valores tradicionales son los de la moral de esclavos y frente a ellos Nietzsche propone la moral de los señores, los valores del superhombre y de afirmación de la vida.


La superación radical de la moral tradicional es necesaria para la aparición del hombre nuevo,del superhombre.
Para entender su crítica al cristianismo se debe recordar que, según este autor, la religión no es una experiencia verdadera pues no es experiencia de una entidad real, de una entidad que realmente exista; dicho de otro modo,Nietzsche considera verdadero el ateísmo y falsa toda creencia en lo sobrenatural. Aceptado este principio, la tarea que se propone Nietzsche es comprender cómo es posible que durante tanto tiempo se haya creído en esta ilusión. Y la solución que presenta es: el estado de ánimo que promueve el éxito de las creencias religiosas, de la invención de un mundo religioso, es el de resentimiento, el de no sentirse cómodo en la vida, el afán de ocultar la dimensión trágica de la existencia. Nietzsche se enfrenta a la religión cristiana:


+ La moral cristiana: con el cristianismo triunfa una moral que reivindica valores propios de lo que llama Nietzsche “moral de esclavos”, los valores de la humildad, el sometimiento, la pobreza, la debilidad, la mediocridad. El cristianismo, dice Nietzsche, solo fomenta los valores mezquinos: la obediencia, el sacrificio, la compasión, los sentimientos propios del rebaño; es la moral vulgar, la del esclavo, la moral de resentimiento contra todo lo elevado, lo noble, lo singular y sobresaliente; es la destrucción de los valores del mundo antiguo, la peor inversión de todos los valores nobles de Grecia y Roma, la rebelión de los esclavos contra sus señores; el cristianismo es el "enemigo mortal del tipo superior del hombre". Con el cristianismo se presenta también una de las ideas más enfermizas de nuestra cultura, la idea de culpabilidad, de pecado, de la que sólo se puede huir con la afirmación de la “inocencia del devenir” o comprensión de la realidad y de nosotros mismos como no sometidos a legalidad alguna, a ningún orden que venga de fuera, con la reivindicación de la conducta situada “más allá del bien y del mal”.
La superación del cristianismo (y la consiguiente “muerte de Dios”) ya iniciada por la Ilustración es fundamental para la transmutación (cambiar el orden) de todos los valores, para la recuperación de los valores de la antigüedad perdidos tras la aparición de esta religión y de la filosofía.
Muerte De Dios: Fin de toda creencia en entidades absolutas.
Una primera y elemental aclaración es que cuando Nietzsche predica la muerte de Dios no quiere decir que Dios haya existido y después haya muerto (un absurdo). Nietzsche nunca creyó en la existencia de Dios. Esta tesis señala simplemente que la creencia en Dios ha muerto. Considera que Dios no crea al hombre sino el hombre a Dios. las dos razones principales de la invención del mundo religioso son: dar un consuelo a los hombres de la miseria y sufrimiento existente en este mundo, y ser un instrumento de la clase dominante para el mejor control de la clase dominada;
Nihilismo: De “nihil”, nada. ES LA Actitud vital y filosófica que CREA NIETZSCHE Y QUE niega todo valor a la existencia, o que hace girar la existencia alrededor de algo inexistente.
Nihilismo activo: es también nihilista la filosofía que intenta mostrar cómo los valores dominantes son una pura nada, una invención; la filosofía nietzscheana es nihilista en este sentido pues propone la destrucción completa de todos los valores vigentes y su sustitución por otros radicalmente nuevos (propone la “transmutación de todos los valores”). Este nihilismo es una fase necesaria para la aparición de un nuevo momento en la historia de la cultura, para el reencuentro con el “sentido de la tierra”, la aparición de una nueva moral y de un nuevo hombre, el superhombre. En “Así habló Zaratustra” representa esta figura del espíritu con la metáfora del león (por su agresividad, su capacidad destructiva).
Nihilismo pasivo: es una de las consecuencias de la “muerte de Dios”, aparece por la consciencia del carácter radicalmente infundado de la creencia en lo sobrenatural, de la creencia religiosa en el mundo del espíritu. Durante siglos nuestra cultura ha considerado que los valores descansan en algo trascendente, que existe un ámbito objetivo gracias al cual la existencia tiene sentido. La vida tiene un sentido porque algo exterior a ella se lo da. Con la muerte de Dios sobreviene la crisis del sentido y el convencimiento de que la existencia es absolutamente insostenible, vacía, carente de sentido. El “nihista pasivo” no cree en ningún valor, puesto que considera que todo valor es posible sólo si Dios existe, y Dios no existe; termina en la desesperación, la inacción, la renuncia al deseo, el suicidio. En este momento crítico encontramos el nihilismo en la desesperación de los que consideran que nada tiene sentido ni valor por no existir aquello que debería ser el fundamento de todo sentido y valor, Dios.
Transmutación De Los Valores: Momento necesario para el final de la moral tradicional (o moral de esclavos) y la aparición del superhombre.
Nietzsche no propone vivir sin valores (llega a considerar incluso que esto es imposible); propone más bien invertir la tabla de valores: superar la moral occidental, moral de renuncia y resentimiento hacia la vida, mediante una nueva tabla en la que estén situados los valores que supongan un sí radical a la vida.

























Moral
de señores
Moral de esclavos
voluntad
de jerarquía, de excelencia
voluntad de igualdad
ama
lo que eleva, lo noble
resentimiento contra la vida
superior
quiere
la diferencia
iguala, censura la excepción
es
la moral del héroe, del guerrero, del que no teme el dolor ni el sufrimiento
glorifica lo que hace soportable
la vida a los pobres, los enfermos y débiles de espíritu, la concordia

Individualismo,
voluntad de poder
altruismo, hermandad entre
los hombres

es la moral de la persona que crea valores
se encuentra con los valores
dados

ama la muerte de Dios
ama y teme a Dios




El superhombre no se puede identificar con una clase social con privilegios que le puedan venir por la tradición o que descansen en su poder social (con la aristocracia, por ejemplo), ni con un grupo definido biológicamente (con una raza) pues los genes no son una garantía de excelencia.
Pero lo podemos reconocer a partir de su conducta moral:


1. Rechaza la moral de esclavos: la humildad, la mansedumbre, la prudencia que esconde cobardía, la castidad, la obediencia como sometimiento a una regla exterior, la paciencia consecuencia del sometimiento a un destino o a un mandato, el servilismo, la mezquindad, el rencor.
2. Rechaza la conducta gregaria: detesta la moral del rebaño, la conducta de los que siguen a la mayoría, de los que siguen normas morales ya establecidas; como consecuencia de su capacidad y determinación para crear valores, no los toma prestados de los que la sociedad le ofrece, por lo que su conducta será distinta a la de los demás.
3. Crea valores: los valores morales no existen en mundo trascendente, son invenciones de los seres humanos; pero no todos los hombres los crean, muchos –la mayoría– se encuentran con los valores ya creados por otros, siguen las modas, los estilos vitales vigentes; el primer rasgo del superhombre es precisamente éste: inventa las normas morales a las que él mismo se somete; pero este rasgo no es suficiente para definir al superhombre, pues no vale que cree o invente cualquier valor, además ha de crear valores que sean fieles al mundo de la vida y que le permitan expresar adecuadamente su peculiaridad, su propia personalidad y riqueza.
4. Vive en la finitud: no cree en ninguna realidad trascendente, ni en Dios ni en un destino privilegiado para los seres humanos, una raza, una nación, o un grupo; no cree que la vida tenga un sentido, como no sea el que él mismo le ha dado; acepta la vida en su limitación, no se oculta las dimensiones terribles de la existencia (el sufrimiento, la enfermedad, la muerte), es dionisíaco.
5. Le gusta el riesgo, las nuevas experiencias, los caminos no frecuentados, el enfrentamiento, las pruebas difíciles; no está preocupado ni por el placer ni por el dolor, ni propio ni ajeno, pues pone por encima de ellos el desarrollo de su voluntad y de su espíritu; es duro consigo mismo y con los demás, es valiente, no huye del dolor ni de ninguna forma de sufrimiento: sabe que de estas experiencias puede salir enriquecido, puede crecer.
6. Es contrario al igualitarismo: ama la exuberancia de la vida, le gusta desarrollar en él mismo y en los demás aquello que les es más propio; no tiene miedo a la diferencia.
7. Ama la intensidad de la vida: la alegría, el entusiasmo, la salud, el amor sexual, la belleza corporal y espiritual; puede ser magnánimo, generoso, como una muestra de la riqueza de su voluntad.
8. En conclusión: el superhombre es la afirmación enérgica de la vida y el creador y dueño de sí mismo y de su vida, es un espíritu libre.


Leer detenidamente, subrayar ideas centrales y responder en el cuaderno lo siguiente:


Cuál es la crítica de Nietzsche a la moral tradicional, cómo propone salir de ella y cuál es la nueva moral que propone.
Explique qué significa la polémica frase de Nietzsche “Dios ha muerto”.
Ejemplifique a partir de las características dadas un personaje que caracterice al Superhombre nietzscheano.
¿Cuál es la diferencia entre un Nihilismo pasivo y otro activo? De un ejemplo para cada uno.


Éxito. Atte,

Lorena Leiva Cabrera.

jueves, 8 de octubre de 2009

Jean Paul Sartre (conceptos fundamentales)

ANGUSTIA: Sentimiento que acompaña invariablemente al hombre pues es expresión de la conciencia de su inevitable libertad.

Para Sartre la libertad es la categoría antropológica fundamental: el hombre no es consecuencia de determinismo alguno, ni biológico, ni histórico, ni social, ni teológico; es una consecuencia de lo que él mismo ha decidido ser. Y este ser autor o responsable radical de uno mismo tiene varios efectos en el ámbito de los sentimientos; en “El existencialismo es un humanismo” describe tres afectos que acompañan a la libertad: la angustia, el desamparo y la desesperación.

La angustia: es el sentimiento más importante, hasta el punto de que Sartre llega a declarar que el hombre es angustia. Distingue la angustia del mero miedo: el miedo aparece ante un peligro concreto y se relaciona con el daño o supuesto daño que la realidad nos puede infligir; la angustia no es por ningún motivo concreto, ni de ningún objeto externo, es miedo de uno mismo, de nuestras decisiones, de las consecuencias de nuestras decisiones. Es la emoción o sentimiento que sobreviene con la conciencia de la libertad: al darnos cuenta de nuestra libertad nos damos cuenta de que lo que somos y lo que vamos a ser depende de nosotros mismos, de que somos responsables de nosotros mismos y no tenemos excusas; la angustia aparece al sentirnos responsables radicales de nuestra propia existencia. Es muy importante también recordar que para Sartre esta conciencia de la responsabilidad se incrementa al darnos cuenta de que nuestra elección no se refiere solo a la esfera puramente individual: todo lo que hacemos tiene una dimensión social; cuando elegimos un proyecto vital estamos eligiendo un modelo de humanidad, no se puede elegir una forma de vida y creer que ésta vale sólo y exclusivamente para nosotros, no se puede desatender a la pregunta ¿y si todo el mundo hiciera lo mismo? Al elegir, afirma Sartre, nos convertimos en legisladores, por ello siempre nos deberíamos decir: “dado que con mi acción supongo que todo hombre debe actuar así, ¿tengo derecho a que todo hombre actúe así?”. Sartre nos recuerda que el sentimiento de angustia lo conocen todas las personas que tienen responsabilidades, y cita el caso del jefe militar que decide enviar a sus hombres al combate, sabiendo que tal vez los envía a la muerte; él es responsable del ataque, elige esta acción y la decide en soledad.

Podría parecer que la angustia, como miedo ante la elección de una posibilidad, lleva al quietismo o la inacción, pero, señala Sartre, esto no es así, al contrario: la angustia es expresión o condición de la acción misma pues si no tuviésemos que elegir no nos sentiríamos responsables ni tendríamos angustia. La angustia acompaña siempre al hombre, no sólo en los casos de decisiones extremas; sin embargo, cuando examinamos nuestra conciencia observamos que muy pocas veces sentimos angustia. Sartre explica esta circunstancia indicando que en estos casos lo que hacemos es huir de ella adoptando conductas de mala fe, no creyéndonos responsables de nuestras acciones.

El desamparo: este sentimiento es una consecuencia de la conciencia de la radical soledad en la que nos encontramos cuando decidimos: el elegir es inevitable, personal e intransferible. No podemos dejar de elegir (incluso cuando optamos por no elegir, elegimos no elegir, elegimos dejarnos llevar por la circunstancia, la pasión o la legalidad); somos nosotros los que elegimos: no vale excusarse indicando que estamos cumpliendo una orden de un superior o un mandato del Estado, siempre podríamos no hacerlo; sólo si no aceptamos nuestra libertad, sólo si nos consideramos como un eslabón más en la cadena causal de las cosas podemos creer que la elección viene de fuera, pero esto es una trampa, es una conducta de mala fe. No cabe refugiarse en la excusa de la fuerza de una pasión, o de la presión de una circunstancia o de la autoridad: somos libres, estamos condenados a ser libres, a elegir, y lo que hacemos depende de nosotros y sólo de nosotros. Nuestra decisión es intransferible y se hace en soledad también en otro sentido: los valores que dirigen nuestra elección los elegimos nosotros, o mejor, los inventamos: no existe una tabla de valores absoluta en la que podamos consultar lo correcto o incorrecto de nuestra decisión, en la que podamos apoyar nuestro juicio moral. Dios no existe, y por no existir Dios no existen valores morales absolutos: “en ningún sitio está escrito lo que debemos hacer; estamos en el plano de lo humano”; Sartre recuerda la frase de Dostoievsky “si Dios no existiera, todo estaría permitido” y declara que éste es el punto de partida del existencialismo. Todo está permitido si Dios no existe, y no hay excusas de ningún tipo para nuestras acciones. Ninguna moral puede presentar con detalle la conducta que debemos realizar, solo nos cabe inventarnos nuestra moral “el hombre, sin ningún apoyo ni socorro, está condenado a cada instante a inventar al hombre”.

La desesperación: debemos comprometernos con un proyecto, debemos elegir nuestro ser, y esta elección no debe descansar en la esperanza de su realización inevitable pues sólo podemos contar con lo que depende de nuestra voluntad: el mundo no se acomoda necesariamente a nuestra voluntad, siempre hay factores imprevistos, siempre es posible que se trueque nuestra intención en algo totalmente distinto a lo previsto.

Libertad: Para Sartre, la categoría antropológica fundamental, el rasgo más típicamente humano.

En “El existencialismo es un humanismo” nos dice Sartre que la idea del hombre como un ser libre es una consecuencia inevitable del ateísmo Compara la concepción creacionista, la concepción según la cual Dios ha creado al mundo y al hombre, con la visión técnica del mundo. En el caso de los objetos artificiales la esencia precede a la existencia; la esencia es el conjunto de rasgos que invariablemente deben estar presentes en un objeto para que este objeto sea lo que es. Cuando queremos fabricar un objeto primero nos hacemos una idea de él, nos formamos un concepto en el que se incluyen las cualidades que le van a definir y su utilidad, su finalidad; el concepto expresa en el nivel del pensamiento la esencia del objeto que vamos a fabricar. Así actuamos, por ejemplo, en el caso de un libro o un cortapapel: el artesano se ha inspirado en el concepto de libro o de cortapapel; intenta que en todo aquello a lo que llamamos libro o cortapapel estén presentes los rasgos que piensa mediante el concepto o idea correspondiente. En este sentido se puede decir que la esencia es anterior a la existencia, puesto que primero es el concepto del objeto y luego su existencia concreta; la existencia concreta se intenta acomodar a la esencia que se expresa en la definición del objeto. Según Sartre, los que conciben a Dios como creador lo identifican con un artesano superior, el artesano del mundo: cuando Dios crea las cosas del mundo las crea a partir de la idea que se ha hecho de ellas, del mismo modo que el artesano crea un libro a partir de la idea que de él se ha formado, y por ello el hombre individual es una realización del concepto de hombre que Dios tiene en su mente. En la Edad Moderna la noción de Dios entra en crisis, pero no ocurre lo mismo con la idea de que la esencia precede a la existencia; y, en el caso concreto del hombre, se sigue pensando que existe la naturaleza humana, y a cada hombre como un ejemplo del concepto hombre, exactamente igual que cada libro concreto es un ejemplo del concepto libro. El existencialismo, añade Sartre, es un ateísmo coherente, pues afirma que “si Dios no existe, hay por lo menos un ser en el que la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de poder ser definido por ningún concepto, y que este ser es el hombre... ¿Qué significa aquí que la existencia precede a la esencia? Significa que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo y que después se define. El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo será después y será tal como se haya hecho. Así pues no hay naturaleza, porque no hay Dios para concebirla. El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere y como se concibe después de la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer principio del existencialismo.” Con estas tesis Sartre declara la peculiar posición del hombre respecto del resto de seres: empieza existiendo, no teniendo un ser propio, empieza siendo una nada, y se construye a sí mismo a partir de sus proyectos; el hombre es lo que ha proyectado ser. De este modo, Sartre relaciona la libertad con la falta de naturaleza: tener una naturaleza o esencia implica que el ámbito de conductas posibles están ya determinadas; que algo tenga una naturaleza quiere decir que el tipo de conductas posibles que le pueden acaecer está restringida o limitada por su propio ser; pero el hombre no tiene naturaleza, no tiene una esencia, por lo que es libre y es lo que él mismo ha decidido ser.

La reivindicación sartriana de la libertad es tan radical que le lleva a negar cualquier género de determinismo. No cree en el determinismo teológico, ni biológico ni social: ni Dios nos ha dado un destino irremediable, ni la Naturaleza ni la sociedad determinan absolutamente nuestras posibilidades, nuestra conducta. Somos lo que hemos querido ser y siempre podremos dejar de ser lo que somos. Los fines que perseguimos no nos vienen dados ni del exterior ni del interior, de una supuesta naturaleza, es nuestra libertad la que los elige. Como dice en “El existencialismo es un humanismo”, no se nace héroe o cobarde, al héroe siempre le es posible dejar de serlo, como al cobarde superar su condición. Estamos condenados a ser libres: condenados porque no nos hemos dado a nosotros mismos la libertad, no nos hemos creado, no somos libres de dejar de ser libres. Aunque todo hombre está en una situación, nunca ella le determina, antes bien, la libertad se presenta como el modo de enfrentarse a la situación (al entorno, el prójimo, el pasado). Ni siquiera los valores, la ética, se presentan como un límite de la libertad, pues en realidad, dice Sartre, los valores no existen antes de que nosotros los queramos, no existen los valores como realidades independientes de nuestra voluntad, los valores morales los crea nuestra determinación de hacer real tal o cual estado de cosas. Al escoger unos valores en vez de otros, la voluntad les da realidad. La libertad se refiere a los actos y voliciones particulares, pero más aún a la elección del perfil básico de mí mismo, del proyecto fundamental de mi existencia, proyecto que se realiza con las voliciones particulares.

Esta idea sartriana tiene dos importantes consecuencias:

hace al hombre radicalmente responsable: no tenemos excusas, lo que somos es una consecuencia de nuestra propia libertad de elección; somos responsables de nosotros mismos, pero también del resto de la humanidad; lo que trae consigo el sentimiento de angustia y, en los casos de huida de la responsabilidad, la conducta de mala fe;
hace del existencialismo una filosofía de la acción: de forma un tanto paradójica el existencialismo se presenta como una filosofía optimista; paradójica puesto que parecería que al declarar el carácter absurdo de la vida, el ser el hombre “una pasión inútil”, podría fomentar la pasividad, la quietud, pero dado que el hombre es lo que él mismo se ha hecho, dado que se declara que cada hombre es la suma de sus actos y nada más, nos incita a la acción, a ser más de lo que somos: no existe ningún ser que nos haya creado y que dirija nuestra conducta de uno u otro modo.



Náusea: Es la experiencia filosófica fundamental. Sensación que nos produce la realidad al comprender su gratuidad, su contingencia absoluta.

La describe en la novela “La náusea” (1938): “Lo esencial es la contingencia. Quiero decir que, por definición, la existencia no es la necesidad Existir es estar ahí, simplemente; los existentes aparecen, se dejan encontrar, pero nunca es posible deducirlos. Creo que hay quienes han comprendido esto. Sólo que han intentado superar esta contingencia inventando un ser necesario y causa de sí. Pero ningún ser necesario puede explicar la existencia: la contingencia no es una máscara, una apariencia que puede disiparse; es lo absoluto, en consecuencia, la gratuidad perfecta. Todo es gratuito: ese jardín, esta ciudad, yo mismo. Cuando uno llega a comprenderlo, se le revuelve el estómago y todo empieza a flotar... eso es la Náusea” (“La Náusea”).

La náusea aparece al sentir el carácter absurdo de la existencia, al captar la realidad como algo superfluo, contingente; los existentes (nosotros incluidos) venimos de la nada, existimos sin justificación alguna y terminaremos en la nada. Hemos sido arrojados a la existencia, y del mismo modo seremos arrojados a la muerte. “Todo lo que existe nace sin razón, se prolonga por debilidad y muere por casualidad.”

Contingencia: RASGO común a todas las cosas (incluido el hombre). Es “el estar de más”, el existir de modo gratuito, sin que exista justificación o necesidad alguna para ello.

material extraído de la pàgina:

http://www.e-torredebabel.com/index.html

Lea atentamente, subraye las ideas centrales, unavez realizado esto proceda a:

Resumir con sus palabras los conceptos de Angustia, Libertad, Náusea.
Explicar mediante un ejemplo concreto ¿uál es la relación entre Libertad, Angustia, Náusea y contingencia?, especificando cada uno de estos conceptos al finalizar el ejemplo.
Fundamentar por qué el existencialismo de Jean Paul Sartre no es pesimista como se podría creer a primera vista.
Recuerden, todos deben llevar la tarea desarrollada en el cuaderno y dos alumnos pasan a exponer con nota directa al libro.
Atte,
Lorena Leiva Cabrera

Profesora de Filosofía y Psicología

miércoles, 7 de octubre de 2009

Humberto Giannini. La experiencia moral (1992)

Nuestro tema específico es ahora el de la experiencia moral. Digamos por lo pronto que llamaremos “experiencia moral” a los significados de “bueno” y “malo” tal como se entienden en el espaciocivil [...]

El sujeto sigue siendo, pues, el hombre en ese su modo habitual, sostenido de ser: nosotros mismos en nuestra re-iterada circulación por este “mundo de la vida”.

Hay un privilegio propio de ese espacio y que alcanza a la Ética, y sólo a ella, a tal punto de dejarla en virtud de ese don, por encima de cualquier otra disciplina sistemática, racionalmente organizada, en torno a un campo específico de intereses.

Vamos a suponer que estos rasgos generales de sistematicidad y de organicidad racionales propios de cualquier disciplina científica también los posee la Ética, disciplina cuyo interés específico consistiría en investigar “objetivamente” los principios [...] por los que una conducta luce cierta cualidad o, por el contrario, “denuncia” cierta deuda de ser determinada. En otras palabras: “lo bueno” y “lo malo” de las acciones por las que el ciudadano muestra su modo de habitar el mundo y de recoger su propio ser de él. Supongamos por un momento la existencia de un saber objetivo acerca de la existencia humana. Esto equivaldría a afirmar que contamos con algunas pocas personas sabias y expertas en asuntos de vida, así como existen algunos pocos expertos en biología molecular u otros, en egiptología u otros [...] Pero esta hipótesis lleva a uno de los conflictos más crónicos e insolubles entre teoría y práctica, entre el ámbito de las razones especulativas y el de las convicciones operantes. Entre filosofía y vida.

Porque ocurre, en este punto, que el hombre común, que reverencia a veces hasta niveles desmedidos la autoridad de los sabios, de los expertos, apenas el conocimiento de éstos roza ciertos puntos neurálgicos de su propia realidad personal, entonces, dando un salto atrás, se pone en guardia contra “las razones”, por muy bien fundadas que sean, y contra “la observación rigurosa de los fenómenos” y no reconoce ventaja alguna al juicio científico respecto del valor de sus propias opiniones.

Una de las zonas “sensibles”, la más sensible, es la del saber moral, incluido ahí el político. Y preferimos seguir llamando a este saber “experiencia moral” a fin de presentarlo en una oposición visible al conocimiento distanciado de la Ética.

Es un hecho que en este territorio nadie estará dispuesto a renunciar a lo que su experiencia dictamine o a lo que “su vida le ha enseñado” como bueno o como malo, como justo o injusto, a despecho de cualquier “simple teoría”. Este es el reducto intransable de la experiencia [...]

Por el momento, plantearemos el conflicto de la siguiente manera: el campo propio de la Ética es la experiencia. Sin embargo, tal experiencia “no reside” en un sujeto que otro sujeto, el “sujeto científico”, pueda objetivar -“pues, entonces, no podríamos hablar de “experiencia”-. Reside, por el contrario, en una colectividad de sujetos morales; y estos sujetos no pueden perderse en el traspaso de la práctica a la teoría sin que se derrumbe ipso facto el sentido de la investigación. En otras palabras: no es posible que la Ética hable de cosas que de alguna manera pudieran pasar inadvertidas o ser inalcanzables para la experiencia común, como ocurre respecto de la generalidad de las otras ciencias; por el contrario, es a la Ética que le va su ser en que los hechos a los que apunta como sujeto de su investigación, sean hechos radicados una realidad no determinados causal, directamente, por otros hechos externos. Le va su ser en que sean realmente “hechos subjetivos”.

Si miramos las cosas, ahora desde el otro lado de la contraposición: esa experiencia que aparecía tercamente irreductible al juicio distanciado de la ciencia, corresponde a un saber que no es simplemente uno más entre otros saberes posibles, sino ese saber preciso y único por el que el que [sic]el portador de la experiencia acredita su condición de sujeto inobjetable. De modo que, someter este saber a una decisión final del juicio docto, no representaría como en cualquier otro caso, un simple acto de humildad sino la renuncia a la condición de sujeto. Renuncia que tal experiencia intuye como degradante (mala) [...]

En definitiva: como aquel individuo indiferenciado que soy; en mi calidad de empleado, de padre de familia, de ciudadano, soy también ese ser que no puede delegar en ningún otro ser humano ni divino aquel saber cualitativo que configura mi experiencia moral: aquel saber por el que constantemente estoy evaluando mis acciones y las del próximo.

Un saber que no puedo delegarlo. Sin embargo, se trata de un saber ganado en actos transitivos al interior de mi mundo. Y esto es lo que llamamos “experiencia moral”.

Humberto Giannini. La experiencia moral (Universitaria, Santiago de Chile, 1992).

Actividad. Revisión jueves 15/10/09

Responda en el cuaderno:

1) ¿Cuál es el “privilegio propio” de la Ética?

2) ¿Podría existir un “saber objetivo” acerca del bien y del mal?

3) ¿Por qué renunciar al saber ético, más bien que humildad, representaría “la renuncia a la condición de sujeto?

lunes, 5 de octubre de 2009

película "Pequeña Miss Sunshine"

Temario para trabajo de la película "Pequeña Miss Sunshine"

1. Analizar, aplicar y fundamentar mínimo 10 conceptos de la Unidad 3: Bienestar Psicológico a las situaciones, problemáticas y personajes de la película. (50 pts)

2. Analice y describe cómo y dónde se aprecia el concepto de Resiliencia en la resolución de conflictos y cuáles son los factores protectores que aparecen en el transcurso de la película. (20 pts)

3. Comente lo siguiente: no más de 10 a 15 líneas (10 pts) Antes de escribir el guión de la película vista, el director Ardnt, leyó en el periódico que el actor gobernador de California Arnold Schwarzenegger en un discurso a un grupo de niños de una escuela les dijo: "Si hay algo en este mundo que me da asco, son los perdedores. Los desprecio profundamente"

sábado, 3 de octubre de 2009

Link autores

Alumn@s

les dejo una página para que revisen a algunos de los autores que vamos a estudiar. Servirá para conocer aspectos de la vida de ellos y de su pensamiento. éxito,

Lorena Leiva Cabrera


http://www.geocities.com/hectorabrahan/escritores/webs/escritoresExistencialistas.htm

martes, 29 de septiembre de 2009

Sören Kierkegaard


4°s A y B solamente, este es el texto para la semana, el cual debe ir resuelto en el cuaderno y además dos compañeros lo expondrán con nota directo al libro. No olviden que deben usar material de apoyo, pizarra (llevar sus plumones) o papelógrafo.
Un abrazo fraterno,
Lorena Leiva Cabrera
Sören Kierkegaard nació en Copenhague (Dinamarca) el 5 de mayo de 1813. Físicamente era jorobado y algo deforme; tenía una pierna más larga que la otra. Su padre era un rico comerciante y un estricto luterano, cuya tenebrosa piedad, dominada por un sentimiento de culpa, y fantasías morbosas influyeron y obsesionaron a Kierkegaard.
Estudió teología y filosofía en la Universidad de Copenhague.
Kierkegaard no fue un filósofo sistemático, de hecho se manifestó en contra de los sistemas. Pero vemos que en sus obras están presentes algunos temas centrales como lalibertad, la persona, la nada y lo absoluto, la angustia, la desesperación y el pecado. El tema del mal no fue tratado explícitamente como tal por el filósofo pero es evidente que en los temas arriba citados está el sustrato del mal. El tema del mal está muy relacionado con su concepto de persona y de libertad por lo que no se puede hablar del uno sin hablar de las otras.
En la universidad abandonó el protestantismo luterano y durante un tiempo llevó una extravagante vida social.
Tras la muerte de su padre en 1838, Kierkegaard tuvo una profunda experiencia religiosa que lo llevó a intensificar su dedicación y concentración en problemas religiosos. No en vano su filosofía se ha caracterizado como un existencialismo cristiano.
La filosofía del danés tiene 2 características básicas que deben ser tenidas en cuenta: está encuadrada dentro del romanticismo y está teñida por una introspección marcada por la propia historia de Kierkegaard.
En sus primeros trabajos, Kierkegaard dice que hay dos tipos de vida, que llama estético y ético. Más tarde, cuando Kierkegaard ha madurado su teoría, son tres los estadios fundamentales en el camino de la vida: las esferas de existencia que marcan un itinerario individual: el estético, el ético y el religioso.
Al estético, sin embargo, le da un significado diferente del que usualmente le damos, quiere decir lo inmediato y sensual que es el punto inicial de vida de todo hombre. El hombre se conforma con una vida placentera exenta de dolor y de compromiso. La preocupación aquí es arrancarle a la existencia el máximo placer posible, aunque después desemboque en la nostalgia, la insatisfacción o el anhelo de vivir pasados goces. Lo bueno para el esteta es todo aquello que es bello, que satisface o que es agradable. Este hombre vive enteramente en el mundo de los sentidos y es un esclavo de sus propios deseos y estados anímicos. Una vida basada en el plano estético lleva sólo a la desesperación. Porque según la opinión de Kierkegaard, el hombre lleva en sí algo más que no será satisfecho por una vida sensual. Este algo más es lo eterno. El hombreestá hecho de partes diversas y opuestas. Él es una síntesis de cuerpo y espíritu, de temporal y eterno, de finito e infinito, de necesidad y libertad.
Es característico del estético, sin embargo, que pone demasiado énfasis en una parte de la síntesis: lo corporal, lo temporal, lo finito y lo necesario. Sin embargo la otra parte no es por ello para nada menor y continuamente se hace sentir por la ansiedad. El término que mejor describe este llamado del espíritu en el mundo sensual es laangustia. La angustia es el sentimiento que aferra y domina al hombre cuya síntesis se ve amenazada por el hecho de que un aspecto –el cuerpo, lo temporal, lo necesario – está tomando el control. La angustia es una voz de alarma, aunque puede ser también la tentación para un nuevo pecado.
Pero el hombre que ha sentido la angustia dentro suyo y que todavía persiste obstinadamente en tener una existencia en la esfera sensual, terminará en la desesperación. El individuo que ha seguido la vía estética busca la variedad y la novedad en un esfuerzo por evitar el aburrimiento pero al fin tiene que enfrentarse a éste y a la desesperación.
Pero el hombre que a través del llamado de la desesperación ha sentido la ineficiencia de una vida en la esfera estética y en la desesperación, y no permanece allí, es suficientemente maduro para elegir algo más y entrar en la esfera ética. Esto es indicado por el hecho de que lo espiritual ha afirmado su reclamo en el hombre quien no sólo lo acepta, sino que cree en la posibilidad de realizar los reclamos éticos en lo temporal, en el mundo de los sentidos.
El camino de la vida ética implica un intenso y apasionado compromiso con el deber y con obligaciones sociales y religiosas incondicionales. La vida ética está caracterizada por la seriedad y consistencia de las elecciones morales. En este estadio se manifiesta el sentimiento de responsabilidad ante compromisos adoptados. El individuo se decide por el matrimonio, por una profesión o una actividad social, etcétera.
El hombre ético ha descubierto que poco puede lograr por sus propios esfuerzos. El hombre que se ha dado cuenta de esto se ha convertido en suficientemente maduro como para cruzar de la esfera ética a la religiosa, que está basada en este reconocimiento de la ineficiencia del esfuerzo humano. Surge necesariamente un nuevo elemento, la fe.Kierkegaard desarrolló un concepto de verdad extremo de la fe: la fe en Dios es una obediencia que exige dejar a un lado todos los conceptos humanos.
Propone un tercer nivel, el religioso, en el que uno se somete a la voluntad de Dios, pero el hombre se encuentra entre dos polos: la nada (el pecado) y lo absoluto(Dios). El hombre debe elegir entre la nada y lo absoluto. El hombre decide de su ser, de su vida mediante su libertad., al hacerlo, encuentra la auténtica libertad. La angustia es el resultado de esa tensión, de tener que elegir.
Los hombres que realizan el salto, escogen la fe al placer estético y al llamado de la razón al deber. Y aunque puede ser "terrible saltar en los brazos abiertos del Dios vivo", como Kierkegaard dice, "es el único camino a la redención."
Para Kierkegaard el mal es la nada, la opción por la nada, el no ejercer la propia libertad, el quedarse distraído con los placeres, con el divertimento, con lo mundano. El mal es quedarse sólo en un deber humano, en lo que hay que hacer según una ética de los hombres. Por eso la necesidad del salto, el mal es no constituirse como persona frente a Dios. Porque el simple pensar me presenta varias maneras de actuar. Una cosa es la reflexión sobre el actuar, pero en sí misma la pura reflexión no es decidir. Abre sólo el abanico de posibilidades. El acto de elegir es optar por una posibilidad, o sea que corto de alguna manera la reflexión, rompo la cadena de la reflexión. La voluntad libre consiste precisamente en la elección y en la realización de lo elegido.

Desarrollar:
Definir y explicar los 3 estadios que según Kierkegaard debe alcanzar todo hombre.
Definir, explicar y ejemplificar (un caso concreto, de la vida cotidiana) el concepto de Angustia.

P.F. Strawson. Libertad y Resentimiento (1962).


Consideremos, entonces, ocasiones de resentimiento: situaciones en las que una persona es ofendida o herida por la acción de otra y en las que, en ausencia de consideraciones especiales, puede esperarse de forma natural o normal que la persona ofendida sienta resentimiento. A continuación, consideremos qué géneros de consideraciones especiales cabría esperar bien que modificaran o aplacaran este sentimiento bien que lo eliminaran. No hace falta decir cuán diversas son estas consideraciones. Pero, para lo que persigo, creo que a grandes rasgos se las puede dividir en dos clases. Al primer grupo pertenecen todas aquellas que podrían dar lugar al empleo de expresiones como “No pretendía”, “No se había dado cuenta”, “No sabía”; y así mismo todas aquellas que podrían dar lugar al uso de la frase “No pudo evitarlo”, cuando éste se ve respaldado por frases como “Fue empujado”, “Tenía que hacerlo”, “Era la única forma”, “No le dejaron alternativa”, etc.(…) Ninguna de ellas invita a que suspendamos nuestras actitudes reactivas hacia el agente, ni en el momento de su acción, ni en general. No invitan en absoluto a considerar al agente alguien respecto del cual resultan inapropiadas estas actitudes. Invitan a considerar la ofensa como algo ante lo cual una de estas actitudes en particular resultaría inapropiada. (…)Invitan a que veamos la ofensa como cosa de la cual él no era plenamente, o ni siquiera en absoluto, responsable. No sugieren que el agente sea en forma alguna un objeto inapropiado de esa clase de demanda de buena voluntad o respeto que se refleja en nuestras actitudes reactivas. En lugar de ello, sugieren que el hecho de la ofensa no era incompatible en este caso con la satisfacción de la demanda; que el hecho de la ofensa era de todo punto consistente con que la actitud e intenciones fuesen precisamente las que habían de ser. Simplemente, el agente ignoraba el daño que estaba causando, o había perdido el equilibrio por haber sido empujado o, contra su voluntad, tenía que causar la ofensa por razones de fuerza mayor. El ofrecimiento por el agente de excusas semejantes y su aceptación por el afectado es algo que en modo alguno se opone a, o que queda fuera del contexto de las relaciones interpersonales ordinarias o de las manifestaciones de las actitudes reactivas habituales. Puesto que las cosas a veces se tuercen y las situaciones se complican, es un elemento esencial e integral de las transacciones que son la vida misma de estas relaciones. El segundo grupo de consideraciones es muy diferente. Las dividiré en dos subgrupos de los que el primero es bastante menos importante que el segundo. En relación con el primer subgrupo podemos pensar en enunciados como “No era él mismo”, “Últimamente se ha encontrado bajo una gran presión”, “Actuaba bajo sugestión post hipnótica”. En relación con el segundo, podemos pensar en “Sólo es un niño”, “Es un esquizofrénico sin solución”, “Su mente ha sido sistemáticamente pervertida”, “Eso es un comportamiento puramente compulsivo de su parte”. Tales excusas, invitan a suspender nuestras actitudes reactivas habituales hacia el agente, en el momento de su acción, o siempre. Invitan a ver al agente mismo a una luz diferente de aquella a la que normalmente veríamos a quien ha actuado como él lo ha hecho. El segundo subgrupo, podemos dejarlas a un lado limitándonos tan sólo a la sugerente frase: “No era él mismo”-, y haciéndolo con la seriedad que, pese a su comicidad lógica, merece. No sentiremos resentimiento hacia la persona que es por la acción hecha por la persona que no es; o en todo caso sentiremos menos. Usualmente habremos de tratar con esa persona en circunstancias de tensión normal; por ello, cuando se comporta como lo hace en circunstancias de tensión anormal, no sentiremos lo mismo que habríamos sentido si hubiera actuado así en circunstancias de tensión normal.

El segundo y más importante subgrupo de casos permite que las circunstancias sean normales, pero nos presenta a un agente psicológicamente anormal o moralmente inmaduro. El agente era él mismo, pero se halla deformado o trastornado, era un neurótico o simplemente un niño. Cuando vemos a alguien a una luz así, todas nuestras actitudes reactivas tienden a modificarse profundamente.

Lo que deseo comparar es la actitud (o gama de actitudes) de involucrarse en, o participar de, una relación humana, de una parte, con lo que podría denominarse la actitud (o gama) objetiva de actitudes hacia un ser humano diferente, de otra. Incluso en una misma situación, he de añadir, ninguna de ellas excluye las restantes; pero son, en un sentido profundo, opuestas entre sí.

La adopción de la actitud objetiva hacia otro ser humano consiste en verle, quizás, como un objeto de táctica social, como sujeto de lo que, en un sentido muy amplio, cabría llamar tratamiento; como algo que ciertamente hay que tener en cuenta, quizás tomando medidas preventivas; como alguien a quien haya quizá que evitar. Si bien esta perífrasis no es característica de los casos de actitud objetiva, la actitud objetiva puede hallarse emocionalmente matizada de múltiples formas, pero no de todas: puede incluir repulsión o miedo, piedad o incluso amor, aunque no todas las clases de amor. Sin embargo, no puede incluir la gama de actitudes y sentimientos reactivos que son propias del compromiso y la participación en relaciones humanas interpersonales con otros: no puede incluir el resentimiento, la gratitud, el perdón, la ira o el género de amor que dos adultos sienten a veces el uno por el otro. Si la actitud de usted hacia alguien es totalmente objetiva entonces, aunque pueda pugnar con él, no se tratará de una riña, y aunque le hable e incluso sean partes opuestas en una negociación, no razonará con él. A lo sumo, fingirá que está riñendo o razonando.

Por lo tanto, ver a alguien como un ser deformado o trastornado o compulsivo en su comportamiento, o como peculiarmente desgraciado en las circunstancias en que se formó, es tender en alguna medida a situarle al margen de las actitudes reactivas de participación normal por parte de quien así leve y, al menos en el mundo civilizado, a promover actitudes objetivas. Pero hay algo curioso que añadirá lo dicho. La actitud objetiva no es sólo algo en lo que naturalmente tendamos a caer en casos así, en donde las actitudes participativas se encuentran parcial o totalmente inhibidas por anormalidades o por falta de madurez. Es algo de lo que se dispone también como recurso en otros casos. Miramos con un ojo objetivo el comportamiento compulsivo del neurótico o la aburrida conducta de un niño pequeño, pensando en él como si fuese un tratamiento o un entrenamiento. Pero a veces podemos ver la conducta del sujeto normal y maduro con algo que difiere muy poco de ese mismo ojo. Tenemos este recurso y a veces lo empleamos: como refugio ante, digamos, las tensiones del compromiso, como ayuda táctica o simplemente por curiosidad intelectual. Siendo humanos, en una situación normal no podemos adoptar tal actitud por mucho tiempo o del todo. Si las tensiones del compromiso, por ejemplo, continúan siendo demasiado grandes, entonces hemos de hacer algo más: suspender la relación por ejemplo. Pero lo que es interesante por encima de todo es la tensión que existe en nosotros entre la actitud participativa y la actitud objetiva. Se siente tentado uno a decir que entre nuestra humanidad y nuestra inteligencia. Pero decir esto sería desvirtuar ambas nociones.

Lo que he denominado actitudes reactivas de participación son esencialmente reacciones humanas naturales ante la buena o la mala voluntad o ante la indiferencia de los demás, conforme se ponen de manifiesto en sus actitudes y reacciones. La pregunta que hemos de hacernos es: ¿Qué efecto tendría, sobre estas actitudes reactivas la aceptación de la verdad de una tesis general del determinismo? Más específicamente, ¿conduciría, o tendría que conducir, la aceptación de la verdad de la tesis al debilitamiento o al rechazo de tales actitudes? ¿Significaría, o tendría que significar, el fin de la gratitud, el resentimiento y el perdón, de todos los amores adultos recíprocos, de todos los antagonismos esencialmente personales?

Actividad

Conteste en el cuaderno:

¿Son inmorales las acciones que constituyen una ofensa?

¿Pueden calificarse de inmorales los actos involuntarios que dañan a otros?

¿Exime de responsabilidad al agente el que uno de sus actos sea involuntario?

¿Tienen responsabilidad moral los niños o personas con trastornos psíquicos?

¿En qué consiste la actitud objetiva según el texto?

lunes, 21 de septiembre de 2009

Soberanía en Jean Bodin: una de filosofía política

Las grandes obras de Jean Bodin (1530- 1596), muy influenciadas por el contexto de las guerras civiles religiosas de la Francia del siglo XVI, giran en torno a la soberanía como concepto unificador dentro de la conflictiva vida humana. En él se encuentran los rasgos propios de un humanista renacentista a la vez que las bases de una nueva política precursora del Estado moderno. Es por esto que se le considera un autor de transición.

Consideraba a la familia como una comunidad natural de la que surgen todas las asociaciones. Propuso seriamente reestablecer los poderes del pater familias sobre la vida de sus hijos y la propiedad. A esto añadió una excelente refutación de la utilidad de la esclavitud y del derecho. La familia es una unidad natural inherente al derecho de propiedad privada y de ella sale el Estado. Para la defensa común y la obtención de ventajas se forman las asociaciones de familias y cuando las rige una autoridad soberana se forma el estado. La familia corresponde a lo privado y el gobierno a lo común. Cree que el derecho de propiedad deriva del poder natural y es un derecho inherente a la familia que al individuo.

Con respecto a la soberanía, Bodin la caracteriza como un poder absoluto, ilimitado e irresponsable, así como un poder perpetuo donde el soberano tiene un poder legislativo absoluto. Este soberano tiene un poder análogo al del Dios absoluto calvinista, siendo, así, lo que hace Bodin una teología política. En la soberanía, tal y como la entiende dicho pensador, los momentos excepcionales de crisis tienen un papel fundamental, y, precisamente por esto, el atributo más genuino del la soberanía es la capacidad de actuar contra legem. Se admite que el término de soberanía es el punto más importante de la teoría de Bodin. Este toma como principio que distingue al poder soberano. Comienza a definir la soberanía como sujeción al soberano. Pude haber numerosas relaciones además de la sujeción común a un soberano, pero es esto lo que los hace ciudadanos. Para Bodin una nación es una unidad social que comparte derecho, idioma y costumbres. Bodin trataba de sostener, al igual que los políticos, que el vínculo político puede ser bastante aún en el caso de que la comunidad este dividida por las religiones. El elemento esencial es un soberano común.

Para Bodin, el mejor régimen político es la monarquía real. El monarca ha de gobernar armónicamente, no suprimiendo las diferencias estamentales, sino haciendo que cada grupo participe en los oficios y beneficios según su condición. Y es que, al ser el soberano conciliador de la heterogeneidad del cuerpo social, el concepto de soberanía resulta fundamental para alcanzar la justicia armónica, que es por la que él aboga.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que su contexto es el de las guerras civiles religiosas, por eso tiene especial interés en describir cómo debe actuar el príncipe a la hora de evitar que los conflictos religiosos desemboquen en enfrentamientos civiles, pues éstos son una de las grandes causas de la disolución de los Estados. El soberano debe conciliar, armonizar, las distintas posiciones garantizando la estabilidad política. Es por esto que no está sujeto a la ley, ni siquiera a la que él mismo hace, ni tampoco a responsabilidad alguna.

Cabe destacar que los políticos recomendaban la tolerancia religiosa mas como estrategia política que principio moral. Bodin estaba de acuerdo en este punto, por lo que en su obra apoyo profundamente a los políticos. La filosofía de Bodin era una singular mezcla de cosas viejas y nuevas, así como la mayoría de los escritos de ese tiempo. Jurista de profesión se gano la enemistad de sus colegas al proponer un estudio del derecho romano comparativo, en lugar de dedicar una devoción exclusiva. Para él la política y el derecho debían de estudiarse no sólo sustentados en la historia, sino en el medio que rodeaba al hombre.

Bodin fue un gran defensor de la tolerancia religiosa y la administración liberal e ilustrada. Fue también defensor de políticas dirigidas al bienestar económico, por lo que a su libro se le ha calificado del primer tratado de economía política. Crítico de todas las sectas religiosas y tan equilibrado que nunca se supo con certeza que religión practicaba, sin embargo era profundamente religioso, ya que sus escritos son una mezcla de superstición con racionalismo. Criticaba fuertemente a Maquiavelo por haber prescindido de la filosofía en sus escritos, lo que había ocasionado que su trabajo tuviera una gran tendencia inmoral.

1. Describa cuál es la propuesta política o de gobierno de Jean Bodin.
2. ¿Cuál es la posición relativa a materias espirituales o religiosas del autor?
3. ¿Con qué filósofo estudiado en la Unidad, se relaciona su pensamiento y por qué?

miércoles, 26 de agosto de 2009

PLURALISMO: UNA ÉTICA DEL SIGLO XXI; M. E. ORELLANA BENADO.

Alumn@s: este es el texto que se debe estudiar para la semana que viene. Es del mismo autor del texto de esta semana. Nivel de exigencia para las actividades nota de proceso:
a) Cuaderno de la asignatura.
b) Tarea hecha a Mano.
c) Presentación de la tarea: no obtendrán buena calificación aquellas tareas que presenten una realización de último minuto, desordenadas o sucias.
d) Desarrollo de todos los ítems entregados en la guía Para los expositores se exije que utilicen un material de apoyo: Pizarra o papelógrafo (coef 1. directa al libro)
éxito, atte.
Lorena Leiva Cabrera
(Profesora de Filosofía y Psicología)




Ante la pregunta humana ¿Qué es la filosofía? Sabemos que existen una diversidad de respuestas que en principio son correctas, lo cual no equivale a decir que todo lo que se diga ante esta pregunta es aceptable. Presentamos acá una manera de definir a la filosofía, este planteamiento pertenece al Doctor en filosofía, Miguel Orellana, el cual expresa sus argumentos a través de la CAF, es decir, Concepción Argumentativa de la Filosofía.

La CAF sostiene que la filosofía consiste en la combinación de 2 elementos:


a) Intuiciones (lo que se cree) de cómo son las cosas (metafísicas) y/o cómo deben ser las cosas (éticas).
Las intuiciones filosóficas se manifiestan en tesis, proposiciones, pensamientos, comunicar las intuiciones propias, compartirlas con otros y someterlas a evaluación crítica son parte del contexto por el cual adquieren significado

b) Argumentos racionales o argumentos filosóficos: (intentos de demostrar por qué se cree) Coherentes. Los argumentos filosóficos son el medio por el cual se expresan, aclaran, defienden o atacan determinadas intuiciones. (diversas).
Los argumentos filosóficos son estrategias de razonamiento que pretenden demostrar la verdad de una cierta intuición ante un público que no las comparte porque sus intuiciones son cultural, religiosa e históricamente diversas.

Los argumentos filosóficos pretenden esclarecer, refinar y evaluar críticamente preguntas cuyas respuestas no tienen acuerdo porque las distintas intuiciones acerca de ellas reflejan aquello que hace interesante a la naturaleza humana.
* La naturaleza humana es la característica que compartimos todos los seres humanos a pesar de nuestras diferencias y consiste en (Inteligencia, Inteligible) por la cual somos capaces de entendernos a pesar de las diferencias de intuiciones y de convencer a otros y de participar del diálogo filosófico.
El diálogo filosófico es fuente de humanización, en él emergen puntos de acuerdo y desacuerdo, diferentes intuiciones sobre cómo son y sobre cómo deben ser las cosas. “la capacidad de tener intuiciones diversas y hacer que otros las entiendan por medio de la argumentación racional aunque no las compartan permite a los seres humanos humanizarse mutuamente”


-La filosofía según la CAF, explora argumentativamente los conceptos o espacios públicos generados por la búsqueda de la verdad en la teoría y la verdad de la humanidad en la práctica, por medio de debates en donde el conocimiento exacto no es posible.


-La filosofía según la CAF es el ejercicio puro deponerse en el lugar del otro, tanto para expresar las propias intuiciones como para entender las ajenas.


-Proponer intuiciones en forma de tesis, diseñar estrategias argumentativas que consideren objeciones relevantes y evaluar su impacto son las características de aquello que es la filosofía.


-La filosofía es un juego, pero con reglas estrictas. En ella no todo vale, ni todo vale lo mismo, consiste en la exploración racional del límite del sentido y el sin-sentido, entre lo que se puede y no se puede expresar.


-La filosofía debe hacer del punto de vista ajeno una perspectiva humanamente asequible, sólo en el intento de responder mejor al desafío que el otro propone se refinan y fortalecen las intuiciones propias o en caso contrario, se debilitan y se abandonan por insatisfactorias las intuiciones propias.


-La CAF permite hacer justicia a la pluralidad, a la diversidad de intuiciones de los seres humanos, permitiéndoles a través el diálogo filosófico (argumentación racional y del respeto profundo) entenderse, convencerse, persuadirse y crecer a pesar de las diferencias y a pesar de las similitudes, humanizándose mutuamente.

Identificar y explicar ¿cuál es el tema central del texto?
Explicar (describir) y dar un ejemplo para cada punto ( - ) del texto.
Exponer con fundamentos cómo se relaciona este texto con el anteriormente estudiado.
Justifique por qué son importantes las preguntas humanas en Filosofía.

martes, 11 de agosto de 2009

PLURALISMO: UNA ÉTICA DEL SIGLO XXI. Miguel Orellana Benado.

Alumn@s:

Queda desde ya publicado el segundo texto cuyo análisis será evaluado con nota directa. El texto se llama "Pluralismo: una ética para el siglo XXI", deben estar capacitados para realizar una síntesis individual que indique:

a) Cuál es el tema central del texto.
b) Cuáles son los conceptos que se definen, se distinguen en el texto y cuál es la relación entre ellos.
c) Dar ejemplos concretos de Identidad humana, Tratar como valores y Vivir como valores.
d) Exponer un comentario personal sobre la relación de este texto con el visto en clases de la paradoja de la democracia.(¿se deben tolerar partidos no democráticos?)

éxito, atte.

Lorena Leiva Cabrera


PLURALISMO: UNA ÉTICA DEL SIGLO XXI. Miguel Orellana Benado.

CAPÍTULO III, SECCIÓN 1 Y 4.



  1. ¿Cómo en principio debe vivirse la vida humana? Para responder a esta pregunta humana, la teoría ética denominada Pluralismo, defendida por Orellana señala que debemos tener clara la distinción metafísica: naturaleza humana e identidad humana y; la distinción ética: vivir como valores y tratar como valores.


  1. La distinción metafísica consta de dos partes:


A: Naturaleza humana: que consiste en aquello que compartimos con todos los seres humanos, independiente del momento histórico, de las culturas que vivamos. Es por ello que múltiples discusiones en la historia han tenido por propósito determinar la “extensión” del concepto Naturaleza Humana, esto es, han pretendido determinar qué seres caen bajo el concepto de naturaleza humana. Luego de varios siglos, de hechos históricos horribles y profundas discusiones, se concluye que, cuando nos referimos a los seres, a los individuos que se catalogan como miembros de la naturaleza humana, la lengua que utilicen, la región geográfica que habitan, la religión que profesan, el color de piel, y hasta el momento histórico en que se sitúan son elementos irrelevantes para definir a la naturaleza humana. Es por ello que la manera de purificar y formalizar dicho concepto (Naturaleza Humana) ha sido entendiéndolo prescindiendo de tales categorías.

Orellana sostiene que la naturaleza humana es: aquello que compartimos todos los seres humanos independientemente de los elementos antes mencionados, aquello que se mantiene en el tiempo, y que ya lo había adelantado en el comienzo de su libro, a saber, la naturaleza humana, es la capacidad de entendernos, la inteligencia, lo inteligible, la razón, aquello por lo cual nos entendemos a pesar de nuestras diferencias específicas, la naturaleza humana es la categoría más amplia por la cual todos y cada uno de los hombres nos hacemos miembros o pertenecientes a esta categoría. Si algo tenemos en común todos y cada uno de los hombres es entonces nuestra naturaleza humana, naturaleza por la cual a pesar de los siglos y de las diferencias particulares, nos ha permitido entendernos, comunicarnos y dialogar, recuerden que el diálogo filosófico en fuente de humanización.


B: Identidad Humana: La identidad humana también puede llamarse una forma de vida, y se define como un conjunto de usos, de prácticas, o costumbres que, al ser vividas con respeto y obediencia por grupos de individuos, constituye una tradición .y la identidad humana sólo se comparte con algunos.


  1. A continuación está la distinción ética de Vivir como valores y tratar como valores. Los individuos al pertenecer a ciertos grupos o entidades se vuelven miembros o integrantes de identidades humanas con los cuales comparte ciertas costumbres que debe vivir como valores, esto es, costumbres que debe respetar y practicar. Los grupos sociales definen qué costumbres deben vivirse como valores, pero esto deja abierta la posibilidad de tratar como valores (con respeto), ciertas costumbres ajenas legítimas, que, conforman o constituyen la identidad humana de otras personas que no son las mías, pero con las cuales comparto no sus costumbres sino que la naturaleza humana, es decir, la capacidad de expresar y entender esas costumbres, a pesar que no las comparta ni practique.

Por tanto en la definición de la identidad humana se encuentran tanto las definiciones de qué costumbres debo vivir como valores y las definiciones de costumbres ajenas debo tratar como valores. Ejemplo: musulmán y cristiano


  1. El pluralismo sostiene que, en principio todos quienes comparten la naturaleza humana deben vivir de manera que contribuyan a su progreso moral, esto es al perfeccionamiento de las costumbres propias y al refinamiento de las ajenas, que promuevan el encuentro respetuoso en la diversidad legítima de todos los seres humanos por igual. Según el pluralismo esto sólo se vuelve posible en la diversidad de identidades humanas, en el pluralismo de las costumbres o formas de vida, porque sólo al reconocer la diversidad hacemos el ejercicio de buscar lo que tenemos en común con aquellos que tiene una forma de vida distinta de la nuestra y evitamos por consiguientes los prejuicios y la discriminación ya que compartimos la misma naturaleza humana.


  1. El pluralismo requiere respetar no sólo aquellas costumbres que los miembros de una misma identidad viven como valores, sino además tratar como valores aquellas costumbres legítimas que otros, en virtud, de su identidad propia tan legítima como la nuestra viven como valores. Así el propósito de la diversidad de formas de vida y de costumbres es, el de posibilitar el encuentro respetuoso de todos los seres humanos, que comunican dichas costumbres y las mejoran a través del diálogo filosófico, es decir, a través del diálogo con argumentos, y que hace patente la inteligibilidad (racionalidad) de los seres humanos, a saber, su naturaleza humana.



  1. El desafío ético común de todos los seres humanos es el encuentro respetuoso en la diversidad, la interacción respetuosa con la diferencia legítima se presenta como un Deber ético que orienta al mejor entendimiento de la naturaleza humana y que define aquello que debemos vivir como valores y tratar como valores de aquello que no debemos ni vivir ni tratar como valores.

  2. ¿ Qué costumbres debemos vivir como valores en la vida propia y que tratar como valores en la vida ajena? Todas aquellas costumbres que definen la identidad humana propia y ajena sin ofender el concepto de naturaleza humana.


8. La tolerancia en el trato no tiene por qué ser siempre un libertinaje, y la censura no sólo es un derecho respecto de las conductas ajenas, sino que, en primer lugar es un deber de las conductas propias. Tolerancia no significa permisividad total, y la censura no significa autoritarismo si ofende el concepto de naturaleza humana y el valor de la vida legítima.

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