Factores protectores
Alumn@s:
Este texto publicado, se debe llevar leído para la clase del 10 de Agosto. Es la base para un Trabajo de investigación y exposición sobre: cómo fomentar o generar bienestar psicológico.
atte.
Lorena Leiva Cabrera.
Profesora de Psicología y Filosofía
Entre los factores protectores del bienestar psicológico se pueden destacar: el desarrollo de un proyecto de vida, el desarrollo y activación de redes sociales y el desarrollo de habilidades sociales. Los rituales tienen además un rol de importancia para una buena autoestima.
• Pensar y visualizar el proyecto de vida:
Muchas veces los adolescentes tienen la sensación de que la vida es algo que les ocurre, que depende de decisiones tomadas por otros. Es importante como factor protector, desarrollar la idea de ser actor y no espectador de la propia vida.
Por otra parte, visualizar las consecuencias que pueden tener los propios comportamientos, y la capacidad de anticipar los resultados positivos y negativos que derivan de los estilos de vida adoptados, son factores importantes para desarrollar o recuperar la sensación de control sobre la propia vida.
Si bien no se puede elegir ni manejar todos los aspectos de la vida, sí es posible tomar opciones, elegir caminos, adoptar estilos de vida más o menos saludables. Los estilos de vida, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se definen como patrones de conducta individuales o grupales sostenidos durante un plazo relativamente prolongado, los que están condicionados por valores, creencias, actitudes, hábitos conocimientos y condiciones socioeconómicas del grupo de referencia, y que directa o indirectamente condicionan la conducta personal. El estilo de vida tiene por tanto varios componentes:
• El componente material: comprende los elementos tecnológicos producidos por el medio para adaptarse de manera adecuada al medio ambiente (por ejemplo: vivienda, vestuario, hábitos alimenticios)
• El componente social: caracterizado por las redes sociales y las agrupaciones formales de la sociedad.
• El componente ideológico: que incluye los valores y creencias compartidos por los integrantes del grupo social que generan en el individuo expectativas y conductas específicas en todos los ámbitos. La familia y la escuela pueden cumplir un importante rol dando confianza a los jóvenes y las jóvenes para imaginar su futuro y atreverse a trabajar para lograr lo que quieren.
• Desarrollar y activar redes sociales:
• Desarrollar ciertas habilidades sociales:
Se entiende por habilidades sociales, capacidades específicas que componen la conducta social y que son necesarias para asegurar que ésta sea exitosa y aceptada socialmente. La Organización
Mundial de la Salud destaca algunas de ellas y las denomina “habilidades para vivir”.
Son habilidades sociales relevantes:
• La habilidad para tomar la perspectiva del otro.
• La habilidad para percibir las normas que prevalecen en el medio social y para actuar en función de ellas.
• La capacidad de tomar contacto con las propias sensaciones y emociones.
• La capacidad de autocontrol.
• La capacidad de anticipar las consecuencias de la propia conducta.
• La habilidad de comunicarse en forma efectiva.
• La capacidad de resolver conflictos positivamente.
• La capacidad de enfrentar y resolver problemas.
Estas habilidades se pueden desarrollar y fortalecer, con este fin existen numerosas técnicas, algunas de las cuales se presentan en el libro de Ana María Arón y Neva Milicic, Clima social escolar y desarrollo personal. Un programa de mejoramiento.
• La autoestima:
Uno de los factores que más se ha relacionado con la capacidad de recuperación de las personas que han vivido situaciones adversas es la existencia de por lo menos un adulto significativa que haya tenido confianza en ellos. El sentir que los padres, los profesores, los amigos confían es fortalecedor de la autoestima. Esto resalta la importancia de desarrollar y cuidar contextos familiares, escolares, sociales, acogedores y apoyadores.
• Los rituales:
Son comportamientos simbólicos que desarrollan los distintos grupos sociales para enfrentar situaciones clave y críticas en la vida de las personas. Se relacionan con eventos importantes como el nacimiento, el matrimonio, la muerte, y ayudan a enfrentar estos sucesos, facilitando su elaboración psicológica y su integración al curso histórico del grupo familiar y social. Cada cultura tienen sus propios rituales, y también cada grupo social o familia. El contexto escolar tiene sus propios rituales como son el inicio y el fin de la escolaridad, las premiaciones, la incorporación de alumnos nuevos y la despedida de los que tienen que partir. Los rituales, además de ayudar a la elaboración de momentos y situaciones críticas forman parte de la identidad de las personas y de los grupos sociales. El respeto de ciertos rituales sociales y/o familiares actúa como factor protector. Así, por ejemplo, y contrariamente a lo que a veces se piensa, la preparación y participación en el funeral de un ser querido ayuda a elaborar el desgarro que puede significar su partida.
1 comentarios:
he visto este texto es muchas otras paginas de Internet pero no consigo encontrar al autor, si lo conoce me podría facilitar su nombre por favor, gracias.
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