Hecho natural y hecho social
Hecho natural y hecho social
NARRACIÓN A
Entre el 16 y el 22 de julio de 1994, 21 fragmentos de un cometa de gran tamaño se estrellaron en el hemisferio sur del planeta Júpiter. Es la primera vez que un fenómeno de estas características pudo ser registrado por los instrumentos de los astrónomos. El cometa fue denominado Shoemaker- Levy, en honor a los astrónomos que lo identificaron y lo fotografiaron en marzo de 1993, orbitando alrededor del planeta. Los referidos astrónomos predijeron la colisión de fragmentos del cometa en la superficie de Júpiter. Concluyeron que las fuerzas gravitacionales del planeta destrozarían el núcleo único del cometa y que algunos fragmentos impactarían en su superficie. Así ocurrió. Los sucesivos impactos de los fragmentos sobre el hemisferio sur de Júpìter liberaron una cantidad de energía equivalente a millares de cabezas termonucleares. El impacto del mayor de los fragmento, el llamado ‘G’, provocó un destello que superó el brillo del planeta e, incluso, dañó el delicado sensor óptico digital del telescopio Deck, en Hawai. Cada uno de los impactos produjo una enorme mancha oscura visible con los telescopios terrestres. Las áreas impactadas suman una dimensión de 12.000 kilómetros, comparables al diámetro de la Tierra.
NARRACIÓN B
Sin lugar a dudas la gente aumentó considerablemente su curiosidad por la astronomía a raíz del impacto de los fragmentos del cometa Shoemaker-Levy 9 contra Júpiter.
Sin embargo, al igual que en otras ocasiones, las maravillas del cielo fueron pretexto para que gente sin escrúpulos hiciera cundir el pánico entre el público con menos cultura en este tipo de ciencias. Una gran cantidad de charlatanes, en ocasiones, lamentablemente secundados por algunos medios de comunicación, empezaron a divulgar que los impactos del cometa contra Júpiter originarían una catástrofe natural sin precedentes para la vida en la Tierra. Sin el menor conocimiento, alegaban que el cometa desintegraría Júpiter y que la aniquilación del planeta, por ende, provocaría una serie de catástrofes naturales en nuestro planeta que acabaría con la humanidad. Por su lado los astrólogos, en un intento por mejorar su ya desprestigiada reputación y credibilidad, presagiaron que el impacto del cometa en Júpiter originaria una serie de “malas influencias astrales” que repercutirían en la vida común de la gente.
Como siempre, gente sin cultura astronómica, o por ignorancia de la más elemental lógica vivió días de temor y angustia. Como ahora, a la distancia sabemos, ninguno de estos presagios se cumplieron. Por obvias razones.
Sin embargo esto no importó para los “negros profetas del Apocalipsis”. Al cabo de unos semanas, inventaron una nueva historia más perfeccionada. El semanario sensacionalista “Weekly World News” de Canadá publicó la conferencia de prensa de un supuesto astrónomo de nombre Marvin Hotower el cual aseguraba que un fragmento del cometa Shoemaker-Levy 9 se dirigía a gran velocidad contra el planeta Tierra y que para el 18 de septiembre de 1994 impactaría en una región de Estados Unidos acabando con toda la vida del continente Norteamericano, incluidos Canadá y México. A pesar de una serie de monumentales errores de la nota, ésta llegó a ser reproducida por diversos medios impresos del continente, entre ellos un diario de nuestra región “de cuyo nombre no quiero acordarme”. Nuevamente la gente menos preparada fue víctima de angustia por culpa de estas calumnias. La información era de lo más descarada en cuanto a los datos, supuestamente científicos que daba el “astrónomo” Marvin Hotower. Para empezar es irracional suponer que un cometa pueda cubrir en tan solo dos meses 650 millones de kilómetros de distancia que nos separan de Júpiter. Como el lector podrá sospechar, el cometa Shoemaker-Levy 9 tardó dos años en completar la órbita de más de 100 millones de kilómetros para impactar al planeta joviano. ¿Qué nos hace suponer que un fragmento de ese cometa pudiera acelerar a tal grado para alcanzar la tierra a tan solo dos meses de los impactos en Júpiter? Por si fuera poco, la nota periodística comentaba que el fragmento de
1.6 kilómetros de diámetro que se aproximaba a la Tierra impactaría con una fuerza equivalente a varios miles de veces el arsenal nuclear del planeta. Esta es un completa falsedad, puesto que un cometa no puede desencadenar una energía tan colosal como miles de veces el arsenal nuclear. Para acabar de tajo con las especulaciones, no existe ningún astrónomo llamado Marvin Hotower en los institutos científicos y observatorios astronómicos de Norteamérica, por lo cual incluso el nombre es un invento más de los “fabricantes de fábulas”. Por lo mismo el día del supuesto impacto con el cometa, seguramente sería un día como cualquier otro.
Nuevamente hemos superado las “apocalípticas fechas” de estos falsos profetas del fin del mundo, y nada extraordinario ha pasado. Sin embargo vale avisar que muy pronto los “negros profetas del Apocalipsis” volverán al ataque...
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